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domingo, 15 de noviembre de 2015

Un paseo por el río Tajo

¿Cómo ha transcurrido el paseo lúdico-reinvindicativo por las orillas del Tajo en Aranjuez? ¿Cuántos han ido y qué pelaje tenían? ¿Qué han contado? ¿De qué se quejaban esta vez? ¿La gente se ha ido con ganas de meter la cabeza en el río a los organizadores? Para desvelar estas apremiantes preguntas hemos recogido el testimonio veraz de algunas personas que por allí nos hemos encontrado. Leed, leed y valorad por vosotros mismos...

10,45 h. Aranjuez. Plaza frente al Rana Verde. Benito Carajillo. Jubilado que desayuna. 78 años.
"De repente la plaza se ha llenado de gente. Muchos melenudos y barbudos. Un gordo que no paraba de vocear, debía de ser el jefe de todos... No sé lo que pedían, pero allí eran lo menos 5 o 6 mil personas. Creo que estaban sedientos, porque no paraban de pedir agua limpia y abundante."


10,53 h. Plaza frente al Rana Verde. Saturnino el Chaikoski. Músico callejero. 56 años. 
"Tanto gritaban que no se me escuchaba mi arte. Luego se han puesto a leer un manifiesto muy emotivo, que con mi "Concierto de Aranjuez" de fondo quedaba de lo más azucarado. Decían algo de que el río Tajo estaba hecho un asco, que los murcianos lo habían dejado más seco que la mojama y que estaba tó mu mal. Eso sí, a mí me ha servío para ganarme un buen jornal, porque aquello se ha llenao de japoneses echando fotos y han soltao el monedero que pa qué"



11, 27 h. Escuela de piragüismo. Juana la Chancletas. Paseante de perros. 42 años.
"Y mira que el río está bonito aquí, con sus ocas, sus sauces llorones, su caminito, sus pesquiles... Pues oigo a un menda decir que no, que está más feo que pegar a un padre con un calcetín sudado. Que decía el tipo que los confederales habían venido y lo habían convertido en una postal; que habían sacado el lodo y lo habían dejado allí todo esparramado. Pues qué quiere que le diga, a mí me gusta así el río, limpito de matojos y con el agua tranquilita (eso sí un poco guarra, aunque lo mismo tiene algo que ver que me venga a limpiarle los pañales a mi Jonatán y luego los suelte al agua).



12,14 h. Rotonda de las 12 calles. Choni la Choni. Poligonera. 22 años.
"Pues no venimos de empalmada con el Seat León tuneado del Kevin, y nos vemos a una banda mu rara, en medio de la rotonda, con cara de flipaos escuchando a un pavo. Qué fuerte.  De fliiparlo vamos. Y me bajo del coche y el oigo al flipao, que las rotondas las ideó Felipe II con unos colegas suyos mu listos, que lo llenaron aquello de calles y árboles y lo dejaron mu apañao. De fliparlo, que el Felipe II hiciera rotondas. Me han dejado to rayada. Y resulta que por eso somos nosequé movida de Paisaje de la Humanidad. Vaya rayada."



13, 10 h. Ribera del Tajo, en medio de nada. Federico el Veletas. Pescador. 34 años.
"Estoy aquí de tranqui, con mi cervecita, mi caña, mi sillita..., y veo a un montón de mendas escuchando a un pavo alto y con gafas que dice que aquí se bañaba cuando era pequeño y que venían cienes y cienes de personas de todos los lados. Si aquí hay tanta mierda que solo pueden vivir las carpas y los alburnos. Eso sí, a mí me mola venir por las mañanas a pescarlos y hacer un poco de deporte mientras me tomo unas cervezas".



14,21 h. Junta del río Tajo con el río Jarama. Neko. Perro de raza Setter-chucho. 7 años.
"Yo seré un perro, pero no me toman por tonto. Resulta que hay un río que le llaman Tajo, que está verde como un lagarto y que no lleva casi nada de agua. Y resulta que hay otro mucho más grande, que le llaman Jarama, que está negro como el carbón y que lleva más agua que el Orinoco. Pues un enterao nos cuenta que el río grande y negro es afluente del pequeño y verde. Yo seré un perro, pero a mí siempre me han dicho que el río grande es el principal y que el otro es el tributario... Hablaban algo de que la culpa fue de un Trasvase que le quita agua y de unas depuradoras que echan mucha agua sucia. Yo seré un perro, pero sé que la culpa fue del chachachá."


15,34 h. Junta del río Tajo con el río Jarama. Bandada de grullas. Aves migradoras camino de Extremadura. Edad variada y desconocida.
"Eh chicas, fijaros, los de ARBA se han ido a BioTortura..."*
(*para entender esto hay que venir a la excursión).



16,34 h. Camino de vuelta a Aranjuez. El sol pega todavía de lo lindo. Se han dicho muchas cosas, algunas muy interesantes, otras menos y algunas las han contado los de GRAMA y ARBA. Pero todos están de acuerdo en una cosa, que hay que encontrar un bar como sea porque a alguno se le empiezan a agrietar las comisuras de los labios. Todos esperábamos que los aborígenes de Aranjuez se hubieran currado un recorrido lleno de bares, gangos y botillerías, pero no todo es posible. Son gente maja, enrollada, voluntariosa, pero para la próxima vez queremos un bar al inicio de la ruta, otro a la mitad y otro al final. Sabemos que podéis conseguirlo.


Junta del Tajo y el Jarama

Por los paseos de Aranjuez

Tarayal del río Tajo



domingo, 25 de octubre de 2015

UN PASEO POR EL RÍO HENARES

(Quizás algunas de las cosas de las que aquí se cuentan no hayan ocurrido de la forma en la que se narran, seguro que han sido más divertidas y/o excitantes, pero hemos preferido adaptar el relato a lo que todos esperábamos que ocurriera)

Los Santos de la Humosa es un pueblo situado en lo alto de la campiña del Henares, dominando el valle invadido por la actividad industrial. Sin embargo el aire que se respira allí es distinto, es incluso rural. No parece que estemos a unos pocos kilómetros de la metrópoli complutense. Puntuales como clavos, disciplinados como un regimiento alemán, unas 60 personas están ávidas de correr experiencias por las laderas y sotos del río.

Las sonrisas en la cara del personal llama la atención entre la población local. Nunca se ha visto en aquellas tierras un grupo tan alegre, compacto y bienavenido. Una mujer sale al balcón y vitorea al personal. Los gorriones pían y revolotéan entre los arbustos. Una golondrina ha preferido no migrar para ver lo que allí ocurre.

Una pendiente pronunciada de unos cuatro kilómetros nos lleva hasta el valle del Henares. No importa a nadie que a la vuelta haya que subirlo. Estamos todos encantados. A izquierda del camino se abre un quejigar imponente. Junto a un regato de agua se agarra un bosquete de arces de Montpellier que naranjean y rojean que da gusto. Cultivos trabajados con esfuerzo cubren el horizonte. Hay incluso cultivos labrados con mala baba que ciegan caminos y arroyos. Una liebre se cruza en el camino y pregunta si hay algún podenco entre los chuchos.

Sobre los cortados que dan al río se divisa parte de las instalaciones del campo de golf del Encín. Un enteradillo de GRAMA nos cuenta la triste historia de este lugar, de cómo la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Alcalá fueron capaces de cambiar normativas para adaptarlas a este proyecto; de cómo comenzaron las obras sin contar con declaración de impacto ambiental; de cómo se cambiaron informes técnicos que declaraban la incompatibilidad del proyecto; de cómo comenzaron las obras sin contar con los instrumentos de planeamiento urbanístico imprescindibles; de cómo se cambió el plan de urbanismo sin someterse a información pública; de como se dio la gestión de la instalación a una empresa de un implicado en la trama Gurtel y los papeles de Bárcenas; de cómo Esperanza Aguirre inauguró el campo de golf sin licencia de actividad; de cómo el campo de golf se riega con agua reciclaa de una depuradora que no está en activo... Y, por último, de cómo gracias al trabajo de los compañeros de Ecologistas en Acción de Alcalá, de sus abogados y a la cabezonería, obstinación, sabiduría y esfuerzo de la compañera coordinadora-jefa de Ecologistas en Acción de Madrid, el Tribunal Supremo anuló el Plan del urbanismo y por tanto declaraba la ilegalidad del campo de golf abierto. Pero a pesar de todo, el campo de golf, su pijo-Hotel y demás instalaciones, siguen abiertos, gastando agua no autorizada y ocupando un suelo que jamás deberían haber ocupado.

Llegamos al soto del Henares. Bajo unos cortados que despiertan la tierna e inocente imaginación de Simón, se nos ofrece uno de los mejores ejemplos de soto de ribera de la Comunidad de Madrid. Un enteradillo de ARBA nos cuenta la distribución y composición vegetal de la zona, su riqueza e importancia y el porqué de las cosas. El enteradillo de GRAMA nos habla sobre los problemas del río en la zona. Resulta que no está en su mejor momento, víctima de una regulación a conciencia de su cuenca hidrográfica, de la modificación de sus riberas para beneficio agrícola y de los vertidos que han de sufrir aquí y allí sus sufridas aguas.

Nos adentramos en el soto. El sendero es de ensueño. Echamos alimento al coleto. Darío nos instruye en sus últimas lecturas y reflexiones sobre los presocráticos. Solo nos queda volver. Para ello, nos llegamos hasta el puente de la carretera, atravesando por las instalaciones de NaturAlcalá (ligadas a toda la operación del campo de golf), y cogemos el camino de la Perucha. Camino sin dificultad alguna que nos ha de llevar hasta Los Santos de la Humosa. Los pies del personal se deslizan por el firme del camino, algunos bailan más que andan. La subida se hace en un plis, casi sin enterarnos. Hay quien propone bajar de nuevo al río y hacer de nuevo el camino de la Perucha.


Al llegar solo nos queda refrescarnos en el bar del pueblo. Da gusto hacer excursiones  planificadas hasta el último milímetro, sin dar lugar jamás a la improvisación. Así es GRAMA, así es ARBA, así es Jarama Vivo.
Camino sencillo de vuelta a Los Santos de la Humosa

Lo que hay detrás de la cámara
Titanín y su padre




domingo, 14 de junio de 2015

Paseo por el Lozoya: ¡Queremos unos ríos vivos!

El río Lozoya es el río con más presas de toda la región. El 60% de su cuenca se haya regulada por cinco grandes presas (Pinilla, Riosequillo, Puentes Viejas, Villar y Atazar) que constituyen la mayor reserva de agua para abastecimiento de la Comunidad de Madrid (el 63% de total). Casi en la confluencia con el Jarama, se alza, imponente, el muro de la presa del Pontón de la Oliva, monumento hidraúlico símbolo del Canal de Isabel II.Allí hemos querido expresar nuestro rechazo a la gestión hídrológica que opera en Madrid y que deja sin caudales ecológicos a nuestros ríos. Porque queremos unos ríos vivos... ¡y con agua para la vida!

Es 13 de junio y el júbilo se desata en muchos municipios por el cambio de aires políticos. Pero los aires de la política hidraúlica siguen oliendo a rancio o se camuflan con naftalina. Según la normativa de aguas deberían establecerse caudales ecológicos para garantizar el buen estado de los ecosistemas fluviales... pero por alguna razón ni la Confederación del Tajo ni el Canal de Isabel II lo están haciendo. Los organizadores del acto de la mañana (los cinco pesados de siempre: ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo) nos recuerdan que es recurrente que se desequen kilómetros y kilómetros de ríos porque no se fijan caudales ecológicos. Los chavales se han entretenido dando color a la mañana y haciendo saber a los que por allí pasan que ya está bien.
Simón, instruyendo al personal

Tras pasar la presa del Pontón alguien pregunta la razón de la existencia del muro, ya que no retiene nada de agua. Se explica allí que los ingenieros de caminos de este país han ejemplarizado "sus grandes dotes de sabiduría" en la cuenca del Lozoya. El Pontón, tras cinco años de construcción (1851-1856), utilizando mano de obra carcelaria con 1500 prisioneros de las guerras carlistas, no podía cumplir con su cometido, debido a las filtraciones que se producían y, especialmente en el estiaje, no podía trasvasarse agua para la capital. Hubo entonces que hacer la presa de Navarejos, 6 kilómetros arriba. Pero la sabiduría ingenieril no se dio cuenta que las aguas procedentes de los arroyos cercanos colmataban demasiado rápido la presa y que además transportaban aguas cargadas de sedimentos que hacían poco bebible lo que se canalizaba a Madrid.

Tras el Pontón de la Oliva
La construcción de la presa del Villar hizo que estos problemas fuesen más llevaderos, pero el gasto económico en limpieza de la presa de Navarejos hizo necesario la construcción de otra presa, dos kilómetros arriba de la de Navarejos: la presa de la Parra, un par de kilómetros más arriba.

Pero aquí no terminó el gasto de dinero público en hormigón hidraúlico en el Lozoya. En 1965 se decide realizar la gran obra del Atazar, el principal reservorio de agua para Madrid, la obra que daría solución a la "pertinaz sequía". Las obras se alargaron más de lo pensado; problemas aquí y problemas allá (inestabilidad geotécnica, una cosa de nada) hicieron que el presupuesto inicial de 1.000 millones de pesetas de la época se multiplicara por 5 (si ahora hay mordidas y corruptelas, no podemos imaginar lo que se movería en la dictadura). Pero ahí no acaba todo. Tras acabar la presa en 1972 y ser llenada... fisura en el muro. La presa no podía llenarse más del 80% por peligro a que aquello petara. Pero unas fuertes lluvias en 1978 hacen que eso se llene, que tiemble por todos lados y que la fisura se agrande. Resultado: mayor inversión económica en la presita. Actualmente el Atazar no puede llenarse, por seguridad, por encima de los últimos 13 metros de su cota de coronación.

Sauceda del bajo Lozoya
El río en sus últimos kilómetros baja ajeno a esta triste historia. La vegetación de ribera se ha recuperado en los últimos veinte años de una forma espectacular. Fresnos, chopos, alisos y sauces invaden toda la ribera por la que penetra el agua limpia y fría del Lozoya. Una trucha salva(g)e intenta remontar la presa de la Parra, pero no puede porque no hay escala para peces.

En las laderas del estrecho y empinado valle crecen quejigales y enebrales que reclaman el sitio que les corresponden en laderas antaño abusadas por el pastoreo y el carboneo. Un buitre ha decidido ocupar el rocado rocoso allá donde no puede ser molestada por la masificación escaladora. El viejo topo ha sido deshauciado por las lluvias recientes.

Las gargantas sedientes buscan el bar; los ojos, llenos de verdor ripario, buscan la pancarta que unos operarios al servicio del Canal han retirado sin escrúpulo ambiental. No queda otra que brindar por conseguir unos ríos vivos, con agua para la vida... Nuestros ojos llegarán a verlo. Seguro.


Dando color a la protesta

Camino de conseguir unos ríos vivos

Presa de Navarejos

Allá en lo alto...

Así se ha quedado al saber la historia de las presas del Lozoya...

Valle bajo del Lozoya


El topo, damnificado de las tormentas
Señalando el camino a seguir

Saucedas del Lozoya

Presa de La Parra

En el bar, descansando tras la dura jornada


sábado, 25 de abril de 2015

Jornada de actividades en el río Manzanares

El río Manzanares es, en mucha gente, sinónimo de contaminación y degradación fluvial. Ha sido y es la cloaca por la que circulan la mayor parte de los residuos líquidos de la gran ciudad de Madrid. Pero en su zona alta nos encontramos con un río vivo, de aguas cristalinas, que es preciso conservar y cuidar. ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA, Jarama Vivo, Plataforma en Defensa del Tajo de Toledo y el colectivo local La Libéluna nos hemos juntado hoy para llamar la atención y actuar sobre este valioso lugar no exento de problemas.

Explicaciones sin par
Los compañeros de ARBA y La Libélula agachaban el lomo recogiendo residuos en todo el tramo urbano del río a su paso por Manzanares el Real, como si les fuera la vida en ello. No es para menos. Basura de todo tipo han cogido en sus bolsones: restos de escombros, una zaptilla vieja, un pañal de una familia muy pulcra, el envase del lavavajillas y hasta el tubo de gel de ese corredor de montaña que tan poco respeta a la montaña. Para que las conciencias de los paseantes queden removidas, si es el caso, van repartiendo octavillas a troche y moche. Hoy, el Manzanares no ha tenido mejores aliados que esta cincuentena de militantes fluviales.
El susodicho río Manzanares

Con la venia de los anteriores, otros sin embargo han preferido actividades menos sacrificadas en lo físico, pero necesarias para ir creando la conciencia ecologista imprescindible para conformar la masa social que mañana tendrá que liderar el cambio político hacia una sociedad menos pedorra (nos estamos flipando, pero queda bien). Grameros corre-ríos, soteños del Jarama, arberos mira-flores, toledanos del Tajo, ecologistas accionistas y alguno que pasaba por allí, caminaban por la cabecera del río Manzanares, al borde del éxtasis ocasionado por el fluir del río entre las rocas, la luminescencia del sol relejada en los gráciles pétalos del Gordoarberus floris y el libre brincar entre pozas de las truchas salva(g)es de la sierra del Guadarrama.

El enteradillo fluvio-gramero, que siempre habla, se vio arropado, en esta ocasión, por algunas de las mentes más lúcidas de la casta del ecologismo chusquero madrileño. El enteradillo soto-pescador, nos contó que las truchas del Manzanares no son más que híbridos de variaedades teutonas soltadas a granel años ha y que, aguas abajo, la fauna piscícola está condicionada por el negocio pesquero montado por el coto local, que actúa arropado y jaleado por la administración regional ("quien quiera carne de pez que se vaya a la pescadería", dijo una voz entre el público).

El enteradillo arbero-miraflor nos mostró el quehacer de iluminados ingenieros que modificaron la vegetación circundante al río, para recrear una formación boscosa que solo debería de existir en las peores pesadillas de Simón (ese prohombre tan venerado entre sus huestes y nunca suficientemente valorado por el mundo). En el furor provocado por la explicación hubo que sujetar (de mala gana) a uno, que hacha en mano, iba a poner orden en el desaguisado forestal provocado por las arizónicas ingenieriles del monte pedricero.

El río liberado
También pudimos ver con nuestros ojos que las demoliciones de presas no sólo son posibles, sino que generan enormes beneficios ecológicos y paisajísticos al río, dándole continuidad y el sitio y la vida que le corresponde. En el Tranco se levantaba una vieja presa construida en tiempos de Paco "Pantanos". La Confederación del Tajo, en una actuación digna de aplaudir, en 2007 mandó al carajo, con 62 kilos de goma dos, los muros obsoletos de la presa de la Camorza y dio algo de libertad al Manzanares. A pesar de que esta presa era "ejemplo del patrimonio industrial español de la época", su demolición solo ha tenido ventajas ambientales y es difícil encontrar a nadie que añore esta construcción (que se tome nota para otros sitos).

Que el río Manzanares discurra entre espacios protegidos no impide su degradación y la presencia de problemas. La de Grama "que nos cuenta cosas sobre los espacios protegidos" nos abrió los ojos sobre las insuficiencias en la gestión y en la configuración del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, la pseudo-protección generada por el Parque Nacional y los efectos de las medidas normativas de los gobiernos neoliberales del PP.
Algunos de los allí convocados, haciéndo un esfuerzo sobrehumano por seguir vivos tras las explicaciones realizadas

Sorteando corredores de montaña, cacas de perro, chiriguitos ilegales, ruidos y coches aparcados, pudimos llegar a la Charca Verde. El río estaba muy bonito, pero lo podía estar más.

De vuelta, se dio un feliz y ansiado encuentro con los limpiadores del río. Abundaron escenas de abrazos, besos e intercambios de palabras cariñosas entre unos y otros. Ya en la plaza del pueblo, se procedió a una lectura íntima y personal del manifiesto "Por unos ríos vivos", un acontecimiento nunca visto.

Por último llenamos las panzas con unas judias hechas con atino, esmero y amor por los chavales de La Libélula y del Bar La Luna (si pasáis por Manzanares, no os lo perdáis, merece la pena esta gente). Las cervezas, los higos toledanos, los cafés y los chupitos hicieron el resto, mientras las mentes calenturientas planeaban las próximas acciones.

¡¡¡Vivan los ríos limpios y vivos!!!

En el bar La Luna, comentado la lectura personal del manifiesto


Especímenes varios

Soñando con lechugueros y arizónicas

Especímenes. Compárese la difencia de tallaje entre el de blanco y la de negro
¿Por qué pone esa cara Bea? ¿Qué puede estar escuchando? (Posibilidades: "El PP volverá a ganar en Madrid"; "Las presas obsoletas del franquismo son un patrimonio cultural e histórico digno de conservar"; "Ya no quedan truchas salvajes como las de antes"; "En las actividades de ARBA-GRAMA no hay lugar para la improvisación y son ejemplos de seriedad y orden"...)