miércoles, 26 de marzo de 2014

LA CRISIS GOLPEA (también) A LOS CAMPOS DE GOLF

En el marco de la feria internacional de golf de Madrid, la Asociación Española de Gerentes de Golf –AEGG- realizó el pasado jueves 20 de marzo una mesa redonda entre varios gerentes y directores de campos, representantes de distintas zonas geográficas, con el objetivo de hacer una radiografía de la situación con la que se encuentra el sector en estos años de crisis. La situación no pinta tan bien como nos la contaban hace unos años y el golf no está siendo esa industria boyante que algunos nos pretendían hacer creer. A continuación hacemos un resumen de lo que se dijo en esta charla.

Tras unas palabras de bienvenida, un tanto nerviosas de Rocío Aguirre, hermana de la expresidenta madrileña y directora de la feria MadridGolf,  Salvador Álvarez, director del Guadalhorce Club de Golf y presidente de la AEGG introdujo la mesa redonda. En su intervención aludió a la necesidad de crear un código ético entre los gerentes para no proseguir con una guerra de precios entre campos. Y es que, como apuntó, con la llegada de la crisis muchos campos comerciales están ofertando green fees –es decir, el derecho de juego en un campo- a 35, 30 e incluso a 20 euros, cuando por menos de 45 euros el green fee un campo de golf no puede mantenerse. Salvador Álvarez hizo igualmente críticas a la actitud de clubes de jugadores sin campo,  que presionan a los campos buscando precios cada vez más baratos por debajo de los niveles en los que un campo cubre los costes de explotación. E inclusó criticó a la Federación Española de Golf en su labor de implantar campos de golf públicos–muy criticada por los colectivos ecologistas por otros motivos -, ya que estos pueden ofertar precios y servicios muy por debajo de lo que un campo de golf privado puede hacer.

El panorama con el que se encuentran los campos de golf de socios, comerciales y mixtos en España tiene notables diferencias por territorios, especialmente si son áreas receptoras de turismo internacional. En este sentido los campos de golf en territorios de turismo de sol y playa, están pudiendo capear, de forma general, la crisis económica.

Esquemáticamente, otros puntos que salieron en la mesa redonda fueron los siguientes:

-         Hay una situación de crisis generalizada en el número de jugadores de golf. Las licencias federativas han descendido considerablemente en los últimos años. En 2013 se ha dado un descenso del 6% (con 18.000 licencias menos); el dato es más llamativo si tenemos en cuenta que desde 2010, se han perdido 40.000 licencias en toda España.

Este hecho se complementa con un descenso igualmente en el número de abonados en los campos de socios así como en el número de green fees contratados, que ha llevado a algunos campos a situaciones económicas críticas, a cierres y a una reestructuración general de costes y precios. En este sentido, se informó que en Murcia habían cerrado tres campos, dos hoteles ligados a la actividad del golf, un campo en Salamanca, otro en Cáceres...
Intercontinental La Torre Golf Resort (del grupo Polaris), en Torre Pacheco (Murcia)
cerrado en septiembre de 2013

Respecto al descenso de socios en clubes de golf se está manteniendo al abonado que realmente juega al golf, pero se están cancelando los abonos de familiares o usuarios que no practicaban esta actividad, sino que utilizaban otros servicios del club.

En relación al descenso de green fees, es el jugador español el que más impacto ha causado a los campos, no así los jugadores extranjeros (de los que dependen en gran medida los campos situados en el litoral mediterráneo y Baleares). En esta comunidad autónoma el 80% de los jugadores son extranjeros, principalmente alemanes. Durante la charla, los representantes de los campos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Navarra, Aragón (los campos de golf del interior) llegaron a reconocer que en sus instalaciones no existe el turismo de golf extranjero –y es harto difícil que llegue a existir-.

En la actualidad se está dando un pequeño repunte de jugadores en los campos del arco mediterráneo y Madrid, pero no tiene su continuidad en el resto del territorio (¿aprenderán de sus errores? ¿volveremos a ver proyectos y más proyectos de –falso-turismo golfístico de interior?)

-         Un elemento que está lastrando al sector comercial del golf es la subida del IVA, cuestión aludida por la totalidad de los intervinientes. La subida al 21 % en el sector está incidiendo de manera muy negativa en algunos campos que no han tenido más remedio que repercutir esta subida en los precios de abonos y green fees. Esto les hace entrar en un círculo vicioso en el que no sólo tienen menos jugadores por la crisis económica general sino añadidamente por la subida de los precios producida por el IVA. El margen de beneficio es menor, pero los costes fijos han subido (energía, agua, combustibles,...). Algunos campos de Castilla y León tienen incluso dificultades para encender la calefacción de sus fastuosos centros sociales.

La Serena Golf en la Manga del Mar Menor (Murcia), ejemplo de campo de golf ligado al urbanismo depredador,
presenta decenas de viviendas sin terminar y muchas más sin ocupación
-         El pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Se reconoció que muchos campos de golf fueron construidos como elemento de atracción en promociones inmobiliarias. Estos campos no han sido tan rentables como en principio se prometió. La crisis del ladrillo ha hecho que muchos campos de golf tuviesen que echar el cierre al fracasar el negocio matriz de la operación. En el Levante si en un principio el campo de golf servía como zanahoria a los compradores de viviendas, ahora utilizan las viviendas, convertidas es resorts turísticos (hotel, apartamentos de vacaciones) como ingrediente de la guarnición del campo de golf para atraer a turistas. El representante de los campos de Madrid aludió a que en Madrid no se había cerrado ningún campo porque todos menos uno (Aranjuez) han sido construidos ajenos a promociones inmobiliarias.

-         Descenso en ingresos de tienda y restauración. La bajada de jugadores y la crisis tiene igualmente su impacto en los servicios complementarios ofertados normalmente por los campos. Ya casi nadie compra nada en las tiendas de golf, como mucho artículos de necesidad y/o de bajo precio: pelotas, calcetines, guantes... Los jugadores no cambian sus palos como lo hacían antes, no renuevan a la última moda sus equipos. Los jugadores, españoles sobre todo, no alquilan coches ni carros para llevar los palos (“se traen los suyos, comprados en Decathlon”; “los jugadores españoles sólo buscan precios bajos y no consumen prácticamente nada”, se quejaba el representante de Levante). Los restaurantes han tenido que bajar tarifas e incluso a permitir la entrada de personas ajenas al club para poder subsistir. (No se dijo en la charla pero cada vez es más común ver que los campos ofertan nuevos servicios asociados como eventos sociales, bodas... e incluso ¡huertos ecológicos!)
Cada vez es menos frecuente el alquiler de carritos o coches en campos de golf

-         Se añadieron otros problemas como la existencia de una “ley ambiental restrictiva” (aludido por Asís de Bastida, director de Golf de Valdeluz en representación de Castilla La Mancha y Extremadura); el precio/acceso del agua (en Baleares los campos de golf tienen que pagar una tasa de 20.000 euro/año de canon de vertido; Carlos Pitarch, director de Lauro Golf, en representación de la zona de Andalucía, reivindicaba que si el golf es un elemento turístico dinamizador, el agua tiene que ser un elemento en segundo plano a la hora de pagar o acceder a ella); los precios de los carburantes, que inciden en que los jugadores españoles no se desplacen a distancias medias, cuando antes sí lo hacían; existencia de una sobre-oferta de golf que disminuye sus clientes (campos de golf públicos, escuelas, canchas de entrenamiento, campos de pitch and putt, campos cortos de hierba artificial); necesidad de que los campos estén cercanos a aeropuertos con líneas directas desde los principales países europeos; accesibilidad para llevar los palos en aviones...

En definitiva, no todo el campo es orégano para el golf (lo mismo que no todo el campo tiene que ser césped). Las vacas flacas han llegado. Existe una brecha entre los “nuevos campos” construidos al calor del ladrillo y del negocio fácil con los campos “de toda la vida” y los ligados al turismo extranjero de sol y playa. El panorama indica que veremos cerrar más campos de golf, que muchos proyectos que estaban sobre la mesa a la espera de ser ejecutados no verán la luz. Ni había tanta demanda de golf, ni había tantos jugadores, ni por supuesto había tanto dinero. El golf como tantas cosas ha sido, en demasiadas ocasiones, pura especulación.

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La mesa redonda contó con la participación de:
Carlos Cueto, director del campo de golf de León, representando a la zona de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León.
Julián García Mayoral, director de Castillo de Gorraiz, representando a la zona de País Vasco, Navarra, Rioja y Aragón.
Joan Monzó en representación de la zona de Cataluña.
Enrique Gil, director de La Herrería en representación de la zona centro.
Asís de Bastida, director de Golf de Valdeluz en representación de Castilla La Mancha y Extremadura.
Salva Lucas, director de La Finca Algorfa, en representación de la zona de Levante.
Bernat Llobera, director de Arabella Golf, en representación de Islas Baleares.
Carlos Pitarch, director de Lauro Golf, en representación de la zona de Andalucía.
La presentación de la mesa redonda correrá a cargo de Salvador Álvarez, director de Guadalhorce Club de Golf y presidente de la Asociación Española de Gerentes de Golf y Rocío Aguirre, directora de la Feria Madrid Golf.


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