El
pasado domingo día 2 de octubre nos reunimos para protestar por la
aprobación del proyecto de construcción de 8.600 viviendas junto al
Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares con ganas de conocer
un espacio que, si no lo paramos, tal vez en breve pase a engrosar
las junglas de edificios de nuestra capital.
Salimos
a las 11.00 de la estación de Valdelasfuentes bajo un precioso cielo
azul de… ¿otoño?
Vamos con buen ánimo
esperando que nos expliquen las razones del enésimo pelotazo
urbanístico. ¿No hay viviendas vacías en Alcobendas? Ah, parece
que sí, la PAH de Alco-Sanse informa de un stock enorme de viviendas
vacías. Entonces, ¿para qué necesitamos construir más? Ah, bueno
sí, se me olvidaba. Hay constructores que necesitan pagar los
colegios privados de sus hijos, los amarres de sus yates, las
inyecciones de bótox, los bocadillos de caviar… todos productos de
primera necesidad. Y por supuesto, siempre hay políticos esperando
llevarse un pellizquito de cualquier promoción inmobiliaria que se
precie.
Una
breve pausa para que Paco (ARBA) nos explique la trayectoria del
proyecto
Tras la introducción de
Paco nos sumimos en la confusión. Parece que PP e IU han pactado
para llevar adelante el proyecto. El único concejal de IU en el
ayuntamiento, Juan Bautista Esteban, da su aval al proyecto aduciendo
que Alcobendas necesita vivienda social. Curioso que no se pueda
hacer esa vivienda en otras zonas de Alcobendas disponibles cuyo
suelo no sea propiedad de, entre otros, el Arzobispado de Madrid.
Curioso que un representante de un partido de izquierda (IU-Los
Verdes, se llaman, ¿no?) no ponga la defensa del medioambiente en su
agenda con argumentos populistas como la vivienda social. ¿Construir
vivienda social nueva que se acaba pagando a precios de mercado
cuando hay un inmenso parque de viviendas vacías? Ayayay, Juan
Bautista Esteban, que se te ve el plumero.
Subimos
un repechito reflexionando sobre el proyecto
Los Carriles es un
espacio abierto para pasear o ir en bici, con unas cuantas pequeñas
explotaciones agrarias aquí y allá. La vegetación, ahora seca, es
abundante. Aún es posible encontrar pastoreo en la zona, para
deleite de papás y niñas urbanitas. Se pueden coger moras y avistar
aves rapaces.
Las
ovejitas, el Retorno
Los Carriles nos conduce
a Valdelatas, donde podremos disfrutar de una rica sombra. Al
acercarnos un poco ya podemos ver el oasis verde que representa, tan
cerca de nosotros. Ver las copas de sus pinos y encinas es un lujo.
Un lujo mucho mayor que el de los 800 chalets de ídem con vistas al
bosque que contempla el proyecto de urbanización de Los Carriles. No
obstante, un lujo amenazado. Con la construcción de esta
urbanización y el fututo cierre de la M50 por Valdelatas, el bosque
peligra. Parece que los políticos, con su visión fragmentaria del
mundo, no se dan cuenta de que los ecosistemas sobreviven a duras
penas en aislamiento: sin corredores ecológicos, es decir, sin vías
de salida y de intercomunicación entre ecosistemas, la vida de flora
y fauna de Valdelatas corre peligro. Además, la presión ejercida
por la población sobre este ecosistema, ya frágil, será
insostenible.
Flora
y fauna de los Carriles. Al fondo, Valdelatas.
Llegamos al bosque de
Valdelatas a la hora de comer. Hay mucho ambiente, muchas familias de
picnic y muchos niños corriendo. ¡Eh, niños, no os acerquéis al
agua! En un cartel grandote y viejo pone bien claro: AGUAS
CONTAMINADAS. Los arroyos de la Almenara y de la Vega sufren los
vertidos de las depuradoras y están que da pena verlos. A pesar de
todo, comemos, pasamos un buen rato en compañía y como a las 15.00
la comitiva emprende el regreso. Nos vamos contentos de haber podido
disfrutar de un cachito de naturaleza y seguiremos luchando para que
no nos la arranquen.
Rosa
canina (tapaculo o escaramujo) llena de frutos en Los Carriles. La
foto no le hace justicia a la turgencia de esos frutos, ideales para
hacer rica mermelada, hummmm.
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