Multitud de experiencias de otras partes de España y de Europa dan luz a lo que tiene que ser cambio de modelo de la gestión de los residuos. El camino: ir al residuo cero, no hay otra. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid parece no enterarse de nada y, o lo remediamos, o vamos a seguir quemando y vertiendo residuos durante muchos, muchos, años.
El viernes pasado tuvo lugar la jornada organizada por Zero Waste Europe-Residuo Cero Europa en Madrid a la que me invitaron a exponer la experiencia de compostaje comunitario de La Cornisa y las propuestas de compostaje comunitario en la Red de Huertos que hemos hecho desde varias organizaciones (GRAMA, Ecologistas en Acción, FRAVM, Amigos de la Tierra y la Red).
En las jornadas se mostraron experiencias internacionales muy interesantes y cada vez menos novedosas, porque cada vez son más las ciudades y regiones que están apostando por soluciones integrales y decididas para acabar con el problema de los residuos.
Se mostró que la gestión sostenible ya no sólo es cosa de los países norteños. También algunas grandes y pequeñas ciudades mediterráneas están haciendo bien las cosas. Así Milán o Parma tienen sistemas muy avanzados fruto de gobiernos locales decididos y valientes que han apostado por recoger de forma selectiva la materia orgánica (separando la domiciliaria y la vegetal de jardinería) con unos porcentajes de impropios de solo el 3,4%.
O el proyecto de la Diputación de Pontevedra que tiene como objetivos conseguir tratar el 36% de los residuos orgánicos con compostaje doméstico, el 36% con compostaje comunitario y el 25% en plantas de menos de 3000Tn. Ahora mismo tienen 54 unidades de compostaje comunitario en toda la provincia que tratan 341 Tn de residuos orgánicos domiciliarios anualmente (algo similar a lo que podríamos estar tratando toda la Red de Huertos si el Ayuntamiento se dispusiera a realizar nuestra propuesta).
O los proyectos realizados en poblaciones de Guipúzcoa con recogida de orgánicos mediante el puerta a puerta, mediante el quinto contenedor "cerrado" o combinando ambos sistemas. El porcentaje de residuos orgánicos reciclados, la calidad del compost obtenido y la reducción de costes están siendo considerables.
O las apuestas valientes desde el nuevo gobierno de la Comunidad Valenciana que han decidido cambiar el modelo de gestión y se han encontrado que para ello tenían que luchar contra auténticas tramas mafiosas de corrupción a todos los niveles. La película Gomorra no se queda atrás con lo que contaron.
Y finalmente el caso de la Comunidad de Madrid, donde se recicla menos del 18%, se vierte el 71% y se quema el 11% restante. Para llorar, sí.
Inés Sabanés, Delegada de Medio Ambiente |
En la última mesa, en la que intervine, primero habló Inés Sabanés, la Delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid (Ahora Madrid. Equo). Nos contó las novedades del nuevo plan de gestión de residuos que actualmente están elaborando, a través de una consultora de las grandes llamada Typsa. Bueno, decir novedades es demasiado. Si acaso, algunas mejoras como modernizar los puntos limpios (para favorecer economías circulares en torno a residuos tecnológicos, ropa y muebles), apoyar el compostaje agrario (pero con un programa que no supone ni el 0,1% del presupuesto total de residuos) y poner el 5º contenedor de materia orgánica primero en 10 barrios y para 2018 en todos los distritos. Lo demás, lo de siempre. Realmente fue muy desalentador escuchar que respecto al parque tecnológico de Valdemingómez lo único que se propone es auditar su actual funcionamiento y "optimizar" su uso para el escenario 2020 y que se propondrán objetivos más ambiciosos de cambio de modelo para el escenario 2030. Traducido al román paladino: que vamos a seguir con el mismo sistema ineficaz, obsoleto y antiecológico por lo menos 12 años más. No se habló de políticas de prevención, ni de nuevas inversiones, ni de cómo afrontar el problema de la recogida, tratamiento y reciclaje de los envases ligeros, ni de sustitución paulatina del vertido ni, por supuesto, del cierre de la incineradora. (Para ilustrar la sensación que produjo la Delegada en el auditorio valga esta anécdota: algunos participantes de otros países nos preguntaron si Inés Sabanés era del PP; cuando les dijimos que era del partido verde hispano -Equo- se llevaban las manos a la cabeza).
En mi intervención, después de contar la humilde y "vanguardista" experiencia en La Cornisa y en el resto de huertos de la Red de Huertos (¡¡sí, en Madrid se hace compostaje en casi todos los barrios!!... y con un poco de ayuda municipal conseguiríamos tratar 3,8 Tn/año de residuos) no pude dejar pasar la oportunidad de decir a la Delegada de Medio Ambiente, de un ayuntamiento del cambio, que están ante una oportunidad para hacer un cambio de modelo que pase a la historia por: 1. recoger de forma selectiva los residuos orgánicos a través del puerta a puerta o un contenedor cerrado (los únicos demostrados que funcionan); 2. apoyar sistemas de compostaje descentralizados y diversos (doméstico, comunitario, agrario, en pequeñas plantas...); 3. Cerrar la incineradora de Valdemingómez. También tienen la opción de pasar a la historia por todo lo contrario...
Creo que no sentaron bien estas palabras. No es problema: la labor de los colectivos sociales y del movimiento ecologista no es quedar bien con los políticos, sino enseñar el camino.
Raúl Urquiaga
GRAMA - Huerto de La Cornisa - Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid
Ilustración de una artista sobre la mesa en la que intervinimos |
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