lunes, 27 de noviembre de 2017

Bellotada en Perales de Tajuña

El sábado 25 de noviembre nos volvimos a ver las caras en el Valle del Tajuña para reivindicar ese Parque Regional que queremos conseguir (y que no pararemos de dar la lata hasta que lo consigamos). Más de cien almas, tres violinistas y varios cánidos nos dimos cita en Perales de Tajuña para sembrar varios miles de bellotas de encinas. Hay cosas que no cambian en estas convocatorias, pero confiamos en que algunas realidades ambientales van a cambiar en el futuro.


Todo empieza en el bar, con un café calentito, un pincho de tortilla y unas madalenas. Como siempre. Después la foto de rigor frente a la municipalidad, con la pancarta por delante. Como siempre. Luego, los dos charlas de ARBA y GRAMA nos dicen que estamos allí reunidos para que se proteja el valle del río Tajuña, que es muy bonito y que, lo que es menos bonito, lo llenamos de bellotas para que crezcan encinas centenarias en unos pocos años. Osea, lo de siempre.

Y tras agachar el espinazo los de siempre (porque la casta ecologista no metió ni una bellota), nos fuimos al bar a tomar el aperitivo, la comida y la sobresemesa, para contarnos las mismas historias de siempre. Y unos acabaron tomando orujos, otros haciendo promesas de lucha ecologista y otros yéndose de manera apresurada a comer a casa de sus suegros. Tal como suele ocurrir siempre.

Pero aunque parezca que todo transcurre como es habitual hay cosas que sí cambian... y que van a cambiar. Cada vez somos más almas las que estamos reivindicando un cambio en el estatus de protección de la comarca del Tajuña; cada vez hay más conciencia de que este entorno ha de ser conservado; cada vez estamos más cerca de que un día se consiga dotar de la importancia ambiental que se merece el Valle del Tajuña. Lo conseguiremos... seguro que sí.




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