Un buen grupo de personas valientes y dicharacheras han protestado (a pesar de la amenaza de lluvia) en Torrelaguna, por la incomprensible actuación de la Comunidad de Madrid en su empeño de destrozar nuestro medio ambiente. Se trataba de denunciar la actuación que ha arrasado la casi totalidad de la cubierta vegetal autóctona, en un tramo de dos kilómetros y una superficie de 80.000 metros cuadrados, de dos vías pecuarias del municipio de Torrelaguna, al noreste de la región. Los grupos del llamado Quinteto (ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo) nos hemos visto de nuevo las caras para denunciar las irresponsabilidades, incompetencias y necedades autorizadas por la sección de vías pecuarias de la Administración regional.
La tortilla del bar de la plaza estaban bien ricas. El café calentito. Uno a uno fueron llegando quienes prefirieron pasar el día arrimando el hombro que teniendo miedo al mal tiempo. Como premio, salió lució el sol en todo lo alto. Guapos y guapas, poquitas... pero buena gente, a puñados.
En la plaza se saca la pancarta y fotos que muestran en desaguisado en la Colada del Collado de la Higueruela y la Cañada de la Caleriza. Hay un silencio casi absoluto. Una pareja de policías locales salen del coche patrulla que preside la plaza y se interesan por lo que allí sucede. Todo indica que va a haber problemas. Pero no. Les parece bien lo que allí sucede y retiran el coche para que hagamos lo mejor posible la foto. Acto seguido suenan las campanas de la imponente iglesia del pueblo. Aleluya. Por una vez en la vida, dios y la policía están de nuestro lado.
Nos dirigimos a la zona del suceso. Se explica cómo debemos hacer para llegar. Pero ya sabíamos que las indicaciones no iban a servir para nada. Y nos perdemos. Así somos. El día que haya que hacer la revolución, no la haremos porque no sabremos llegar a la cita.
Sabíamos que lo realizado allí era un buen despropósito. Pero verlo in situ es mucho peor que lo que se pueda ver en fotos o contar. Una ladera completamente arrasada. Tocones de enebros, sanos, con decenas de años, cortados sin remedio. Ni una brizna de vegetación. Todo ha sido desbrozado. Restos de hogueras por todos los lados señalan el destino final de esa madera. Es un sinsentido, una irracionalidad absoluta. Nadie entiende nada de hasta donde puede llegar la imbecilidad de los gestores del medio ambiente madrileño.
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| Ahí está, una gran labor anti-incendios |
Hemos puesto varios centenares de bellotas. No es mucho. Pero algo más será que lo que hacen quienes destruyen el territorio o se quedan sentados en sus sillones.
De vuelta a Torrelaguna, no hemos tenido más remedio que visitar el bar de la esquina de antes de la plaza.
Esta es una zona muy castigada por las actuaciones forestales estúpidas realizadas desde las administraciones. En 2009 y 2012, AENA, dentro de las medidas compensatorias impuestas por la declaración de impacto ambiental de la construcción de la T4, realizó repoblaciones que destruyeron la vegetación existente y el suelo
(subsolados, terrazas, caballones). La inversión supuso 2,3 millones de euros y los resultados no pudieron ser peores. La planta murió en su totalidad y el suelo ha quedado destrozado. |
| Arrimando el hombro, enterrando la bellota. |
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| Fijarse en el tocón que hay frente a la pancarta. Un buen enebro, que ya no está |
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| Muestra de las fotos de cómo era antes la colada de las Calerizas |
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| La gran jefa nos cuenta qué ha pasado en las vías pecuarias de Torrelaguna |
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| Una parada en el camino. Al fondo nos enseñan unas antiguas lagunas que, por la acción del hombre (sí, seguro que ha sido un tío), han dejado de serlo |
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| Este tocón de enebro tenía 43 años. |
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| José Luis, el reportero más dicharachero de ARBA, haciendo su cometido. Al loro con la posturita que se gasta |
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